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Enfermos mentales

En un mundo donde hemos superado (a duras penas) la esclavitud, donde ya el leproso no es mandado al monte con las alimañas, donde la pena de muerte apenas es un reducto limitado a algunos países que se dicen desarrollados pero que por otra parte muestran un salvajismo atroz, en un mundo donde estamos aprendiendo a respetar los derechos de la mujer tratándola de igual a igual, en un mundo donde ser homosexual no es ya la expresión más exacta del diablo, sino que buscamos entender y acoger a quienes viven esta situación, muchas veces no deseada, en un mundo donde el trabajador puede mirar de frente ya en muchas ocasiones a su contratante sin sentir la humillación de ser menos por el hecho de trabajar para él, en un mundo donde el abuso, la violación y el acoso sexual son ya un delito generalizado en la mayoría de los países, quedan sin embargo aún cuestiones que debieran de avergonzar a cualquier persona civilizada y que muchas veces hasta se dice creyente. Me estoy refiriendo en concreto al mal manejo de la enfermedad mental y al estigma y la satanización que sufren las personas que la padecen y que incluso que llega a tocar a sus familias, cuando no son éstas mismas las que no aciertan a entender lo que está pasando o simplemente acusan al enfermo de “ser así”.

La sociedad entera en este sentido parece sufrir, hablando de enfermedad mental, una especie de esquizofrenia colectiva, donde por un lado habla de ENFERMOS MENTALES, pero por otro reprocha, acusa y estigmatiza a quien padece este mal, como si fuese un desorden moral. Hablamos de enfermedad, sí, pero a continuación no dudamos en usar términos de patologías mentales para insultar, para excluir, para acusar, para reprochar a quienes según uno se porta diferente o simplemente no le llegamos a entender del todo bien: “está loco”, “eres un esquizofrénico”, “eres un subnormal”, “es bipolar” …como si todo esto, estar loco, ser esquizofrénico, subnormal o bipolar  cualquier otro padecimiento fuese algo elegido y moralmente reprochable. La sociedad de hoy tenemos un pendiente para con los enfermos mentales, nos hemos humanizado un poco en la cuestión de la esclavitud y en el trato con quienes pueden defenderse, pero con quien no puede hacerlo, seguimos dejando entrever
bastante de nuestra animalidad, de ese instinto animal que busca destruir al débil, al que está en una condición de indefensión. El enfermo común, me refiero al enfermo que no ha perdido el pleno uso de sus facultades mentales, puede aún defenderse, aún puede mirar cara a cara a quien está sano y exigirle sus derechos, confrontarle con su conciencia y doblegarle para que aunque solo sea por no aparecer como inhumano, se compadezca de su mal. Quien tiene cáncer, quien tiene leucemia, quien tiene tuberculosis, quien tiene cualquier otro padecimiento, que no sea una enfermedad mental, aún puede estar agradecido para con sus semejantes que mal que bien se compadecen de él, lo acogen, lo
animan, lo miman, le ayudan a sobrellevar su padecimiento. Pero para el enfermo mental todo se complica desde el momento en que siente que algo no anda bien y tiene que visitar a algún médico. Y esto ya es ganancia cuando se hace, pues la mayoría de quienes tienen problemas mentales no acuden al médico por el estigma que supone ir al psiquiatra y por ahí andan, andamos, muy estiraditos como que no pasa nada.

Y así, por un lado, la ley civil disculpa y hasta dispensa de toda pena de cárcel aquien se puede demostrar que actuó en contra de la sociedad falto de facultades mentales, pero al mismo tiempo la misma sociedad, ante un criminal reconocido y no demente, le aplicamos terminología psiquiátrica como para acusarle, para denigrarle, parapoder entender que el mal que hizo solo puede provenir de una enfermedad. Y no señores, el mal existe y no es necesario estar fuera de juicio para cometerlo, es mas de ordinario y salvo raras excepciones los enfermos mentales no son peligrosos, no atentan
contra los sanos y viven más bien su afectación humillados, arrinconados, incomprendidos, marginados, satanizados. Recientemente y como muestra de lo que estoy diciendo, escuchaba en un noticiero a un presidente de una nación hablar de un suceso de su país, donde una persona había disparado sobre unos estudiantes matando a varios de ellos. Lo que venía a decir el buen señor es que quien atentó era un loco (que no lo era, o al menos no se manejó así en el noticiero) que era un loco al que había que
castigar y que se le iba a castigar como es debido y se quedaba “tan pancho”. Y digo yo, si era loco porque lo vas a castigar y si no lo era porque lo llamas loco, cuando muchos millones de televidentes con afectaciones mentales te está escuchando a ti, presidente de una nación, hacer tal manejo de un problema que lo es de salud y no moral. Y esto que lo hacía un presidente de una nación es el pan de cada día de nuestro derredor. Y termino para no alargarme también haciendo mención a determinados
representantes de religiones, que aunque reconocen la psiquiatría y la psicología como una ciencia (los que lo hacen porque algunos hasta lo niegan y la ridiculizan, pero bien que toman sus pastillitas cuando les hace falta), sin embargo se atreven a hablar abiertamente a multitudes en sus alocuciones, para restregarles en su cara su padecimiento como una carencia de fe y a continuación recomendarles que dejen sus medicamentos y que se pongan a rezar. Y es por todo esto que hasta un 18% de las personas que tienen alguna afectación mental terminan por quitarse la vida, llevados por la desesperación de verse relegados a lo último, por la propia sociedad, por su familia y por quienes en nombre de Dios más los debieran de aceptar, acoger y comprender.

La enfermedad mental es hoy por hoy una situación de indefensión social para quien la padece, pero sobre todo personal, indefensión de él hacia el “sano” y del “sano” hacia él, cuando se siente señalado por causa de su padecimiento. Si tienes o tienes en tu familia o seres queridos alguna situación particular, acude al médico, acude a personas calificadas y especializadas en el tema, antes de hacer cualquier juicio de valor. Si respetamos a un médico por causa de sus conocimientos, que nosotros no tenemos, cuanto no más hemos de respetar al psiquiatra que además de medicina ha tenido que estudiar su especialidad.

José Luís Medina.

Un comentario en “Enfermos mentales

  1. Wow JOSE LUIS… felicidades por tus palabras y excelente reflexión! Hace mucho busco las palabras para que xprrsar un sentir similar al tuyo GRACIAS!!!

    Estoy totalmente deacuerdo…comparto en mi face Info sobre salud mental, prevención, etc …. a las personas y me preguntan (Los que se atreven a escribir)….o dudan de si tenemos (los que padecemos una enfermedad mental) un vicio, la culpa, queremos vivir mal, etc…. incluso hay quien opina q el suicidio es pecado o un acto cobarde!….wow q fuerte y doloroso…,gracias x compartir de nuevo! Saludos
    Y muchos….hacemos más 💪en esta lucha para una vida y país más incluyente y mejor!

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