Estamos ante una situación que puede llevar nuestros pensamientos a lugares inimaginables. Nos podemos perder en razonamientos escalofriantes con montones de escenarios trágicos; muerte, desolación, crisis económicas y tantas cosas más. .
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Hace algunos años, que enfrentaba una depresión, imaginaba todo lo peor ¿Qué pasaría con mis hijos? ¿Y si nunca me recuperaría? ¿Que tal que terminaba mis días en un psiquiátrico? Y muchas cosas más. Un sacerdote, me dijo en aquella ocasión, que no valía la pena desgastarme pensando en aquello que no sabía si iba a sucederme, en primer lugar y en segundo lugar, que si lo pensaba ahora que Dios no me había concedido las gracias para enfrentar esas situaciones, sonaba tan ilógico, como querer imarginarme cargando una barra de 60 kilos, cuando apenas estaba entrenándome para cargar una de 15 kilos, era imposible visualizarme con la fuerza suficiente para hacerlo, porque todavía mis músculos no estaban listos. Con eso no quería decirme que dejara de entrenarme en la confianza en Dios, fortaleciendo mi vida Sacramental, llevando una vida de oración, sino que no dejara que mi imaginación me destruyera anímicamente, ante situaciones para las que no tenia ni idea de como se me presentarían. .
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He reflexionado y te invito a hacer lo mismo, en la infinidad de veces que he vencido situaciones adversas, en las que he atravesado por situaciones de mucho dolor, de rabia, situaciones en las que he sido traicionada, calumniada, engañada y en ninguno de esos momentos me desmoroné, ni me paralicé, como hubiera creído que sucedería, si de verdad podría haber imaginado las circunstancias que se dieron en cada etapa de mi vida. .
. ¿Cómo salí adelante? No por mis propias fuerzas, tuve una ayuda Divina, un respaldo inigualable, que en muchas ocasiones no solo me ayudó para pasar el trago amargo, sino para sacar un gran aprendizaje, una lección de vida, una fe renovada. .
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Si Dios sostiene nuestra existencia aún para pecar, ¿Cómo podemos pensar que no nos sostendrá en los momentos más duros que podamos imaginar? Es nuestro Padre, y tu y yo, somos sus hijos, sus hijos muy amados.
Nicté Sánchez Badelt – Fundadora Let’s Rewind