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ERES PRECIOSO A MIS OJOS: DESCUBRIR LA POSITIVIDAD

Muchas veces nos hemos habituado a ver el lado negativo de las cosas. Probablemente todos hicimos en la secundaria o preparatoria aquella dinámica de escribir en una columna los propios defectos y cualidades y experimentar que muchos llenan la columna de defectos y poco encuentran qué poner en las cualidades. En ambiente cristiano también un sentido de humildad malentendido y temor a la vanidad hacen que no veamos con objetividad y verdad las propias cualidades y dones.

En mi artículo sobre autoestima dejaba como tarea personal meditar el salmo 139. En él, el salmista se reconoce creado por Dios como un prodigio. ¡Qué hermoso sentirnos creaturas amadas y bien hechas! Porque verdaderamentehemos sido creados por amor. El no reconocerse creado es fuente de una visión que sólo ve el aquí y ahora olvidando que nuestro origen y destino es uno sólo: Dios, nuestro Padre y Creador. Hemos sido hechos a su imagen y semejanza, ¿cómo podríamos ser solamente oscuridad, imperfección y problemas? Es verdad que en la vida hay momentos de oscuridad dónde vemos nuestras heridas, carencias y limitaciones además de los defectos y carencias de los que nos rodean, pero a veces dejamos que esto opaque la luz que hay en nosotros y a nuestro alrededor.

Para los que somos creyentes la parte de descubrir la positividad en nosotros mismos y nuestra vida nace del descubrir la imagen de Dios en nosotros y su presencia en el mundo, a pesar del mal. Para quienes no son creyentes, nace de la fe en el bien que hay en el hombre y el testimonio de tantas personas que aun en medio de la adversidad han sido capaces de transformar su realidad. El primer paso sería cambiar nuestra mirada sobre las cosas.

Últimamente me he situado, durante mi oración, al lado de Jesús mientras pasaba la noche haciendo oración y preguntándole: ¿Qué ves tú Jesús? ¿Cómo ves tú las cosas? ¿Qué sientes hacia el Padre, hacia las personas que me rodean? ¿Cómo ves tú esta situación que yo no sé resolver?Ante nuestras dificultades muchas veces quisiéramos respuestas rápidas o recetas mágicas. Pero Dios quiere que nos situemos junto a Él y aprendamos de Él a ver las cosas. A mí esto me ayuda mucho a ver la vida con confianza, con optimismo, con esperanza, pues mis miedos no tienen la última palabra, la última palabra la tiene Dios.

En una ocasión me vino esta imagen cuando hablaba con una persona que no encontraba nada bueno en una determinada situación: Mira, es como cuando tienes ante ti un texto, que tiene algunos errores ortográficos y de redacción, pero también logra comunicar ideas claras o sentimientos. Tú tienes un marca textos, ¿qué decides subrayar? ¿Los errores o las ideas principales? El que decidas subrayar las ideas principales no borra lo que está mal escrito, y si fueras maestra invitarías a tu alumno a corregir sus errores, pero, ¿decidirías subrayar los errores olvidándote de las ideas principales? Yo decido subrayar la parte luminosa de cada persona, aferrarme a ella para poder iluminar sus tinieblas, aferrarme a la luz y gracia que Dios ha puesto en mí para superar mis limitaciones y temores.

En este mundo en el que hay tantas injusticias, en tu vida en la que muchos te han herido, ¿cómo aferrarme a lo positivo? Escucha una y mil veces la palabra de Dios que te dice: “Eres precioso a mis ojos y te amo” (Is 43, 3). Ante el problema del mal muchos cuestionan, ¿cómo puedo sentirme amado si he sido tan herido? ¿Dónde estaba Dios cuando me lastimaron? Es difícil dar una respuesta a esta interrogante. Yo también me he hecho tantas veces esta pregunta al ver el sufrimiento e injusticia que sufren los niños que han estado a mi cargo en diferentes épocas. Sobre todo una vez que tenía que atender un grupo de niños con fuertes historias de violencia familiar. Toda mi oración la pasaba peleando con Dios, ¿por qué? Y después de un mes de lucha con Él me dio la respuesta en la cruz, donde Él grita “Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado” Como hombre Jesús experimentó este abandono y dolor que todos hemos experimentado alguna vez. En la cruz y en el amor de Dios dan sentido a todo lo que hayamos sufrido. No sé por qué Dios permite las cosas, lo que sí sé es que tiene el poder de transformar las historias más dolorosas en oportunidades de sanación, misericordia, compasión y comprensión. Una vez escuché en una charla sobre los cristianos perseguidos acerca de una religiosa de la India que fue abusada por diez hombres. Tras un periodo de terapia y recuperación ella superó esta tremenda injusticia, estudió psicología y ahora atiende víctimas de abuso sexual, pero no sólo eso, sino que un día reconoció a uno de sus abusadores, preguntó por él y se enteró que era un hombre sin trabajo con una familia numerosa que mantener. Así que lo buscó, le ofreció su perdón y trabajo en la parroquia donde ella servía. Al escuchar esto pensé: este es el poder de la cruz, el poder del perdón, el poder del amor de un Dios que supera por mucho nuestra capacidad de entender los porqués.

TRABAJO PERSONAL:

1. Te invito a que recorras tu propia vida, que veas todo el bien que hay en ti y alrededor. Si no logras verlo, sitúate junto a Jesús orando al Padre, ¿cómo te ve Dios? Él no te reprocha nada, su mirada es de amor y comprensión. Tal vez con Él también descubras que alguna cosa no has hecho bien, pero en vez de encontrar reproche encontrarás perdón y misericordia. Ten siempre en mente el texto de Is 43, 3: “Eres precioso a mis ojos y te amo”
2. Recorre con Jesús tus logros y conquistas en tu proceso personal. Cuando veas tus victorias, tus logros, sobre todo ante una dificultad o herida, date cuenta que esto te ha hecho más fuerte, ha sido la cuna de una victoria.
3. Si encuentras tus victorias, pregúntate:
Qué me motivó para lograr esto: ¿qué fuerza interior hizo que surgiera, qué me movió, qué me impulsó?
¿Qué se consolidó en mí?
A quiénes afectó positivamente esa victoria: gente, familia, a mí mismo.
¿Qué experimento al ver esta realización de mis victorias?
Relaciono la historia de mis victorias con mis fracasos y frustraciones, con la parte dolorosa, a lo mejor la herida me ayudó a las victorias. Ver cómo del dolor ha surgido vida.

LECTURAS RECOMENDADAS:

EGER, Edith, La bailarina de Auschwitz, Ed. Planeta. La Dra. Eger, inspirada en Viktor Frankl, narra su historia de cómo logró superar el campo de concentración y una innumerable lista de dificultades y sufrimiento y qué le ayudó a superarlo. Después como psicóloga narra cómo sus pacientes también le han ayudado a ver nuevos aspectos sobre ella misma. Este libro está lleno de una visión de esperanza y positividad.

ILIGABIZA, Immaculée. Guiada por la Fe, Ed. Logos. Historia de una superviviente del genocidio en Rwanda, en clave de una profunda fe.

 

 

H. Elizabeth Mendoza MC

9 comentarios en “ERES PRECIOSO A MIS OJOS: DESCUBRIR LA POSITIVIDAD

  1. ESTE ESCRITO ES UNA GRAN LUZ PARA MI Y PARA TODOS! FELICIDADES!! DIOS LE BENDIGA POR COMPARTIR EL GRAN AMOR DE DIOS. ES UN GOZO REAVIVAR EN MI ESTE REGALO DE PAPÁ DIOS

  2. Gracias por esta reflexión, creo firmemente q Dios habla a través de los hombre y hoy verdaderamente sentí como q me decía Andreina estoy ahí en tu problema ! Solo confía ! Mi yugo es suave mi carga ligera ! Confía

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