Los cristianos tenemos muchas veces un deseo: tener los sentimientos de Cristo. ¡Qué grande cometido! ¡Querer tener los sentimientos de Jesús! Una vez, pedimos a un hermano lasallista que diera a los maestros de nuestro Colegio un retiro sobre los sentimientos de Jesús. Él muy francamente dijo: “Yo solamente hablaré de los sentimientos de Jesús si me dan primero todo un espacio para hablar de los propios sentimientos, ¿cómo van a poder tener los sentimientos de Cristo si ni siquiera saben reconocer sus propios sentimientos?” Así que realizó primero un pequeño taller de desarrollo humano y se vio la dificultad que cada uno tenemos para reconocer, aceptar y comunicar nuestros propios sentimientos. Antes de seguir leyendo este artículo te propongo algo: toma una hoja de papel y enumera los más sentimientos que te vengan a la mente. Tal vez te sorprenda que la lista no sea muy larga. ¿Con cuántas palabras contamos para reconocer y comunicar nuestros sentimientos? A veces nuestro vocabulario emocional es muy limitado: enojo, tristeza, alegría…tal vez fastidio, aburrimiento, alguna palabra más. ¿Cómo expresarlos si no sé reconocerlos y nombrarlos? ¿Cómo trabajarlos si no los reconozco?
Actualmente se habla mucho de educación emocional, y es que tal vez no contamos ni siquiera con el suficiente vocabulario para comunicar lo que sentimos. El contar con más palabras es una herramienta útil. Además se necesita una actitud de interiorización, de estar atento a lo que me pasa, tomar conciencia de ello, ¿qué siento? ¿Cómo lo siento? ¿Dónde lo siento en el cuerpo? ¿Qué hago con lo que siento?
Si somos católicos practicantes seguramente acudimos de vez en cuando o con frecuencia al sacramento de la confesión y para ello hacemos un examen de conciencia. Pero, ¿cómo puedo hacer un buen examen de conciencia y reconocer el pecado si no sé reconocer lo que siento? ¿Cómo distinguir entre un sentimiento de enojo o coraje y un pecado? No soy sacerdote, así que no puedo decir esto con certeza, pero estoy casi segura por el acompañamiento que doy a personas, que muchos se confiesan o sienten culpables de meros sentimientos. Los sentimientos no son pecados, lo que es pecado es lo que yo haga con esos sentimientos, lo que mi plena conciencia y consentimiento, es decir, voluntad, con aquello que siento. De la misma manera, ¿cómo podré reconocer los movimientos de Dios en mí si no sé reconocer mis sentimientos?
Para los cristianos Jesús es el modelo del hombre, Él es el nuevo Adán, en Él está la plenitud de lo que un hombre puede ser. Si lo contemplamos en el Evangelio veremos que Jesús pasa por todos los sentimientos humanos: cansancio, alegría, ternura, compasión, impaciencia, enojo, tristeza, amargura, miedo, frustración. Sólo por citar algunas expresiones del Evangelio al respecto: “sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas que no tienen pastor” (Mc 6, 34); “y entrando en el Templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y a los que compraban en el Templo; volcó las mesas de los cambistas y los puestos de los vendedores de palomas” (Mc 11, 15); «en aquel momento, se llenó de gozo Jesús en el Espíritu Santo» (Lc 10, 21). “Jesús quedó admirado” (Mt 8, 10; Lc 7, 9); “se conmovió interiormente, se turbó… se echó a llorar” (Jn 11, 33-38); “ahora mi alma está turbada” (Jn 12, 27); “Mi alma está triste hasta el punto de morir” (Mc 14, 32-36). Y otras citas donde Jesús muestra sus sentimientos muy humanos. ¿Acaso nos imaginamos a Jesús decir con ternura a los fariseos “raza de víboras, sepulcros blanqueados, hipócritas”? O a sus discípulos “¿hasta cuándo tendré que soportarlos?” Claro que preferimos ver a Jesús cuando es compasivo y misericordioso, pero a veces nos hace bien contemplar al Jesús frustrado, impaciente y enojado, pues eso nos hace reconocer nuestros sentimientos socialmente no tan aceptados y ver que es normal sentirnos así, lo importante es qué decidimos hacer con eso.
Te invito a que hagas una tarea personal que puede tener duración de una o varias semanas. Esta tarea la saqué de las Guías de Acompañamiento Jesuita y me parecen un excelente material para compartir y trabajar. Reconoce tus sentimientos, obsérvate interiormente, rastrea de dónde vienen y qué haces con ellos, solamente así podrás comunicarlos a quien te acompaña sea en tu familia, en una terapia o acompañamiento espiritual, de manera que puedashacer un trabajo más integral para crecer en el reconocimiento de tu humanidad, dejar de sentir culpas que no son sanas y asumir también aquello negativo que deberás trabajar para poder tener los sentimientos de Jesús.
TRABAJO PERSONAL
Durante unas semanas haz un ejercicio de rastreo de tus sentimientos en la vida diaria
Para este ejercicio necesitarás:
¿Qué pasa? ¿Cómo me siento? (a gusto, aburrido, acelerado, admirado, agresivo, ahogado, ajeno, alegre, amable, amargado, amenazado, angustiado, ansioso, aprisionado, aprobado, asqueado, asustado, caliente, celoso, cerrado, cómodo, complicado, comunicado, confiado, confundido, cuestionado, culpable, deprimido, desamparado, descontento, desahogado, desesperado, desesperanzado, dolido, dudoso, en comunión, encantado encerrado, enjuiciado, enojado, envidioso, escuchado, esponjado, estable, excitado, feliz, frío, furioso, impotente, indiferente, indignado, inepto, inseguro, lleno, malhumorado, mareado, melancólico, miedoso, miserable, nervioso, obsesionado, ofendido, pacificado, pensativo, perezoso, perjudicado, prejuiciado, quejumbroso, rebelde, relegado, resentido, saturado, seco, seguro, sin remedio, solitario, solo, tenso, tierno, tranquilo, triste, urgido, vacío, volado, etc.)
El esfuerzo por descubrir qué los produjo, qué cosa, qué vi, escuché, recordé, imaginé, pensé, hice o hicieron conmigo, qué me dejo así. Luego de tomar conciencia de este sentimiento me pregunto:
Algunos ejemplos
Lo que vas a leer enseguida son algunos ejercicios de toma de conciencia de los propios sentimientos. Podrás encontrar los tuyos a lo largo de tu propia vida.
Escribe libremente, con la mayor sinceridad posible. No te preocupes porque quede bien escrito ni que tengas que enseñárselo a alguien.
LECTURAS RECOMENDADAS:
Aunque son libros para niños creo que todo adulto deberíamos leerlo, sobre todo si no estamos familiarizados con nuestros sentimientos:
Hna. Elizabeth Mendoza Bravo MC
6 comentarios en “RECONOCER MIS SENTIMIENTOS PARA TENER LOS SENTIMIENTOS DEL HIJO”
Me encanto su articulo de este mes, me ha creado sentimientos de nostalgia, de inquietud, de ansiedad, etc por poner en práctica este ejercicio para ir descubriendo día a día cuáles son los sentimientos que vienen a mí, día a día!
Gracias Hermana Liz 😘🙏🏻💐
Buenos dias. Gracias por el articulo es muy bueno y es la realidad por que no conosco nada de mis sentimiento. 👋🙏 Bendiciones y Gracias Nicté Sanchez.
Me gustó el artículo, creo que no tenemos ni buenos ni malos sentimientos, creo que son semáforos que nos ayudan a identificar nuestra necesidades, su tengo un sentimiento agradable (alegría, paz, entusiasmo) es que tengo una necesidad cubierta por ejemplo la necesidad de contribuir al bienestar del otro y tengo necesidadades no cubiertas cuando tengo sentimientos desagradables como el enojo, la envidia la ira el darme cuenta que requiero cubrir una necesidad hay una infinidad de formas y no sólo una esto ayuda mucho a no entrar en pleitos con uno mismo o con el otro
Que bonito artículo, sentí gran paz al leerlo, nunca es tarde para empezar !
Buenos dias. Gracias por el articulo es muy bueno y es la realidad por que no conosco nada de mis sentimiento. 👋🙏 Bendiciones y Gracias Nicté Sanchez.
Muchas grcias por compartir articulos de esta magnitud…me siento ansiosa por empezar !