Noticias

“Sino está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento.” – Dr. Viktor Frankl

Esta frase siempre me ha hecho reflexionar muchísimo, acabo de leer un mensaje que compartieron de una hombre que estuvo secuestrado por más de 200 días, bañándose con agua helada, comiendo frijoles fríos, siendo torturado psicológicamente, lejos de su familia y lo peor, sabiendo que tal vez no tendría la oportunidad de despedirse de sus seres queridos. 

Me encantan los memes, soy partidaria de afrontar las cosas con humor, sin burlarse de nadie, solo apelando a los recursos que pueden distraernos un poco y desestresarnos. Me encanta que estoy en contacto con más amigos a través de chats, en algunos platicando de lo que estamos haciendo en casa, en otros mandando chistes, contagiándonos de buen humor, en otros más, haciendo oración por nuestras familias y por todos los enfermos. 

Esta situación, no es algo que esté en nuestras manos (del todo) controlar, dependemos de científicos, gobernantes, de la prudencia de los demás, dependemos de un sin fin de personas y circunstancias. 

Si ya estás con la conciencia de que no debes salir de tu casa, si ya tomaste la decisión de que hay que estar en cuarentena y todos reunidos cuidándonos unos a otros. 

¡Felicidades, has dado un gran paso lleno de solidaridad y responsabilidad!

Ahora hay que trabajar en la actitud. Estamos juntos como familia (en la mayoría de los casos), valorando la vida de cada uno, tenemos comida, estamos en nuestros hogares, adaptándolos para que sean lo más cómodos posible, tenemos todos los servicios, pero lo más importante, nos tenemos unos a otros. A los que les ha tocado estar lejos del resto de su familia porque viven en otro país o por distintas razones, tienen a su alcance la tecnología para no sentirse solos y saberse muy amados y añorados. 

Esos maravillosos videos que nos llegan de otros países; de los vecinos poniendo música, haciendo fiesta desde sus balcones, de sacerdotes que salen a las calles con el Santísimo expuesto a dar esperanza a los fieles, de aquellos que aplauden a doctores y gente que trabaja en el sector salud, ¡Que gusto da recibirlos, que ejemplo de resiliencia y fe nos dejan! Todo esto, son ejemplos de lo que podemos hacer para demostrarle a nuestra familia, al mundo, a nosotros mismos, qué unidos somos más fuertes. Que la fe, la esperanza, el amor a los demás, deben ser las virtudes más valoradas, (sin importar tu religión), pues es lo que nos debe mover a seguir adelante, a encontrar un sentido a nuestra vida en estos momentos de miedo y confusión. 

Por lo tanto, me pregunto, ¿La queja ante las incomodidades de verdad ayuda? Que porque no sé qué hacer con mis hijos pequeños, que hacen berrinches, que quieren correr y jugar y además tenemos que darles clases en casa, que si mi adolescente está harto por el encierro, no sale del celular y tiene todo tirado, sino alcanzan las televisiones o las computadoras para ver series, o tomar clases en línea, que no nos aguantamos los esposos, que los viejitos son una lata y no entienden que deben estar con más cuidados que el resto de la familia, etc, etc. ¿Es neta qué de esto nos quejamos? ¿Es real qué estos son nuestros agobios? ¿Es justo para los que ya han visto morir a los suyos, o están enfermos y no han podido hacer nada? 

Entiendo que parte de la queja, es el agobio que busca un escape, por la incertidumbre, el miedo, la tristeza. Podemos morir o ver morir a gente que queremos, nuestra economía se puede afectar, porque estamos en casa sin goce de sueldo, porque nuestros negocios ya no producen lo mismo, porque no tenemos como pagarle a nuestros empleados, porque no sabemos como será en nuestro país, el momento en que el contagio esté en su punto más álgido. Y muchas otras cosas más, que son preocupaciones reales y por lo tanto se deben validar. 

Pero ante la incertidumbre, ante no saber cuanto tiempo estaremos en nuestras casas, cuanto tiempo tendremos para reactivar nuestra economía. ¿Vale la pena desgastarnos en quejas que no resuelven nada? Si nos sentimos ansiosos, desesperados, no es culpa de los que nos rodean, no podemos hacerlos cargar con nuestra angustia y la suya. Podemos buscar ayuda, ahora hay muchos centros de atención psicológica y espiritual que están a nuestra disposición en línea o por teléfono. 

El punto es cambiar la perspectiva de lo que estamos atravesando, encontrarle un sentido. Reconocer con serenidad, que necesitamos un respiro de los demás, cuando nos sintamos desesperados o estresados. Para lograrlo, es necesario comunicar cómo nos sentimos, para que los demás sepan que necesitamos un espacio y lleguemos a acuerdos factibles, en el momento en que cada quien exprese sus necesidades y veamos el modo de ayudarnos unos a otros. 

Pero sobre todo, valorar que estamos juntos, vivos, en nuestros hogares y que si así lo decidimos, esta crisis puede ser una gran oportunidad para conocernos más, tener charlas profundas con nuestros hijos, cónyuge o hermanos, divertirnos, sacar los álbumes de fotos recordar momentos felices, sonreír por todos los buenos momentos que hemos vivido y dar gracias por todo lo que hemos compartido. Agradecer por todos los amigos que están pendientes de nuestra salud y nuestras necesidades, agradecer a aquellos extraños que se toman el tiempo de grabar videos o escribir mensajes, que puedan ayudarnos a vivir mejor lo que ellos están viviendo. Estamos rodeados de gente llenándonos de fe, compartiendo su dolor, haciéndonos reír. Estamos viviendo un momento único en la historia. Por la globalización, hoy estamos más cerca que nunca. Los avances tecnológicos, que hoy están jugando un papel fundamental para mantenernos al día con lo que está sucediendo, para estar en contacto con la gente que tenemos lejos, nos debe ayudar a hacer conciencia, que todo esto está a nuestro servicio y no nosotros al servicio de la tecnología. 

Es el tiempo perfecto para ayudarnos a sentirnos más humanos que nunca. ¿Más humanos? sí, más cocientes de nuestra fragilidad humana, eso logra la vulnerabilidad, reconocernos frágiles, darnos cuenta que necesitamos de los demás: Familia, amigos, sacerdotes, religiosos, doctores, científicos, gobernantes, etc. Pero sobre sobre todo de Dios, de su Misericordia, de su omnipotencia y de su presencia, que nosotros, hoy podemos (si queremos), sentir más fuerte que nunca; dentro de nuestros hogares, en nuestro encierro, en nuestros pensamientos desalentadores, en medio de nuestros miedos. Él, es el único capaz de sanar nuestra alma, nuestra mente y nuestro cuerpo. 

Dejemos la queja, valoremos la vida, la cercanía de los que amamos, nuestros hogares y nuestra fe. Estamos dentro de nuestras casas, pero nadie nos ha quitado nuestra libertad interior, nuestra capacidad de amar, nuestra respuesta propositiva, activa y amorosa, ante la adversidad. Deseo que tu actitud se mantenga optimista, aunque haya momentos en que nos podamos derrumbar (es natural, humano y nuestro derecho), pero que todo aquello por lo que sabemos que tenemos que luchar, por todo el amor recibido y por todo el que tenemos para dar, nos ponga en pie y nos mantenga llenos de gratitud  y con un compromiso constante de dar lo mejor de nosotros a los que nos rodean, a los que están más cerca de nosotros y están en mayor riesgo de ser víctimas de nuestros desesperos y malos ratos. Esto es una elección personal, intransferible y única ¿Cómo la vamos a aprovechar? Cada uno tenemos la respuesta y la capacidad de llevar a cabo lo que decidamos hacer, por nosotros mismos y por los demás. 

  • Nicté Sánchez – Fundadora de Let’s Rewind

3 comentarios en ““Sino está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento.” – Dr. Viktor Frankl

  1. Maravilloso escrito q nos pone a pensar en q actitud tomaremos ante esto q se sale de nuestro control , pedir a Dios y a la Virgen control y mucho amor , tolerancia y capacidad de disfrutar este momento de vida, gracias !

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *