Desesperación, ansiedad, angustia, vergüenza, culpa, insatisfacción, pérdida de interés en actividades que antes disfrutabas; Estos son algunos de los síntomas que experimentan personas con adicción a la pornografía. Puede ser que tú estés pasando por esto o conozcas a alguien que lo esté, probablemente has intentado lograr un cambio y no hayas obtenido lo que quisieras, esto es muy frustrante y desmotivador. Quiero que sepas que no se trata únicamente de un tema de voluntad. Existen mecanismos psicológicos y físicos que están haciéndote difícil salir de esta situación. Los deseos que te llevaron a buscar la pornografía en un inicio son válidos y buenos, pudo haber sido buscando aceptación, placer, cariño, aprendizaje, relajamiento, etc.
¿Quién no quiere eso? Son cuestiones que todos los seres humanos deseamos, pero ¡La pornografía lleva a obtener exactamente lo opuesto! No te sientas tan culpable, es fácil creer todo lo contrario, ya que constantemente nos vemos bombardeados con mensajes engañosos que nos pintan la pornografía como la mejor fuente de aprendizaje y placer, entre otros “beneficios”, pero NO ES ASÍ. La pornografía daña tu cerebro, tus relaciones, tu manera de pensar y de sentir.
Mereces ser libre y poder experimentar la sexualidad y el amor como lo deseas realmente, ¡Mereces vivir al máximo!. Te aseguro que vivir sin pornografía te permitirá disfrutar más y amar mejor, ¡Ser más feliz!. Ten la certeza de que hay salida a este círculo vicioso que a veces parece inquebrantable. La gracia de Dios hace nuevas todas las cosas, aunque también te sugiero buscar apoyo profesional en la psicología, pues cuando es la terapia adecuada, es un excelente medio para lograr romper cadenas que están afectando tus mecanismos de pensamiento. Recuerda que hay más personas en esta lucha y que hay una salida, pide ayuda ¡todos la necesitamos!.
Sofía Valdés